¿Por qué el miedo a exponerse mata la creatividad?

Hace unos días estuve con la familia en una granja de vacas para una visita guiada con unas 50 personas.

Llegó el turno de preguntas y ahí no hablaba ni el tato.

Entonces escuché a mi hijo Yago: 

¿Por qué hay vacas marrones y otras blancas?

¿Por qué las vacas tienen números en las orejas?

“Es que los niños no tienen pelos en la lengua, no tienen filtros.”

Se oía entre murmullos...

¿Pero eso es sólo cosa de niños?

Seguro que Yago se quedó agustisimo al preguntar y aprender de las respuestas del guía.

Hablar en público no implica que te expongas delante de cientos o miles de personas.

Puede ser tan simple como compartir una idea o pregunta en una conversación casual en la peluquería, en una reunión escolar o participando en el 1,2,3.

¿Qué haces cuando te surge una idea? 

¿Te la quedas o la compartes?

Si no la compartes: Matas la creatividad.

Perdiendo así oportunidades de descubrimiento, tanto para ti como para los demás.

No es cuestión de hablar por hablar

Sino de no dejar que el miedo apague tu chispa creativa. 

Si sientes el impulso, exprésalo. 

Haz que fluya en ti la creatividad!

Si quieres dar un paso más y comunicarte con confianza

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